Miradas Y Conversaciones XIX

on viernes, mayo 05, 2017

Un domingo de pascua en la barraca la Font de Sella 1

Es domingo de pascua y hoy nos reunimos los componentes de la barraca a partir de las 12:00 h. Tendremos importantes ausencias pues José Virtu y Carlos no asistirán. Las escasas energías de José en esta etapa, requieren de la intimidad familiar para el cuidado, el apoyo y el cobijo de los más próximos. Estarán muy presentes en el recuerdo y los afectos de todos a lo largo del día (y durante todo este tiempo).

Tampoco están Mª Carmen y Paco S., que han elegido viajar hasta Austria y hoy se encuentran en Salzburgo -donde está nevando en estos momentos- y desde allí nos desean que pasemos un feliz día juntos… Nosotras y nosotros nos empeñaremos en que así sea, también por quienes hoy no pueden compartirlo con nosotros.

Subimos hacia Sella algo más de las 12:00 h y aunque esta es la hora acordada para ir llegando, no queremos resistir la tentación de, desde el balcón del pantano Amadorio, fotografiarlo. Tras muchos años de sequía y de verlo casi vacío, ahora, después de las lluvias intensas de los últimos tiempos y hasta tres apariciones de la Font del Arc, el pantano de Amadorio se encuentra repleto como quizá no se ha visto nunca (por las personas de nuestra generación) y presenta una extraordinaria belleza.

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Hoy la subida a Sella parece más hermosa por el verdor de la vegetación que han traído las lluvias y el día limpio y soleado que contribuye a que las montañas y sus alrededores presenten una mayor belleza.

Los primeros en llegar a la barraca han sido en esta ocasión Salvador y Mariló. Salvador como jefe mayor de cocina tiene que emprender la tarea con prontitud. Los siguientes en llegar serán Eva y Luis y poco después Tina y Eduardo.

Cuando sobre las 12:30 se incorporaron Amalia y Paco, Salvador ya trabaja en la preparación de los ingredientes de la paella: corta las alcachofas, prepara las setas y el pimiento y con la ayuda de Paco B. cortan las judías y los tomates. Salvador inicia pronto el ritual, que tan bien conoce, con la paellera: el aceite para empezar a sofreír el pimiento, las cabezas de ajo y el resto de las verduras que acompañaran, alcachofas, setas, tomates, etc. Después será el turno para sofreír la carne: pollo, conejo, magro.

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Mª Carmen y Paco C. llegarán algo más tarde y, mientras Mª Carmen se incorpora con las mujeres que ya preparan y cortan los quesos, embutidos, las fresas, etc., Paco C., que ha madrugado y desayunado frugalmente, sabiendo del encuentro culinario y festivo que nos esperaba, se va directamente a preparar e iniciar el largo “almorçaret”, que se prolongará hasta el tiempo de la comida.

Los últimos en incorporarse son Mª José y Vicente que llegan más tarde por los preparativos de la cena, que ha realizado la exquisita cocinera Mª José en su casa, con la colaboración del excelente pinche Vicente: tortillas de patata y de alcachofa y pollo con tomate (Hoy hay evidencia de que Vicente ha contribuido, al menos pelando las patatas, a la elaboración de las dos estupendas tortillas).

El picoteo, las conversaciones y las muestras afectivas se prolongan mientras el chef, Salvador, sigue dando forma a la que se prevé una inmensa paella, por la convergencia de los variados elementos gastronómicos y su buen hacer culinario, del que ya tenemos amplia experiencia en la barraca.

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Mientras tanto Paco C. prepara dos de sus deliciosas especialidades: la pericana, un sabroso plato típico de la provincia alicantina, concretamente de la comarca de l’Alcoià Comtat, con importantes valores nutricionales, que Paco borda en su preparación y que cuenta con una tradición centenaria. Se compone de una mezcla de aceite de oliva y pimientos secos, además de una variedad de pescado en salazón conocida como bacaladillas secas o capellanes (algún pimiento picante o ditet, es también para Paco, un ingrediente muy importante).

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La segunda especialidad (entre otras muchas que domina Paco), un estupendo mortero de allioli, muy típico de nuestra gastronomía mediterránea, hecha con ajo y aceite de oliva. Tras machacar lo ajos los liga con el aceite, que hay que derramar casi gota a gota, removiéndolo con la maza, lo que Paco hace magistralmente. Eva le ayuda en esta ocasión y da vueltas al mazo alrededor del mortero, para dar cuerpo al alioli.

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La expresión de alegría de Salvador indica que la paella mixta de verduras y carne, que de su mano vamos a disfrutar en unos momentos, está en su fase final y es el tiempo de que permanezca un rato reposando.

Mientras reposa la paella, los entrantes preparados ya están colocados en la mesa del comedor esperando ser degustados: chorizo, salchichón, salchichas secas, sobrasada, lomo, jamón, pericana, alioli, habas tiernas, etc., prolongan el “almorçaret” y sirven de preámbulo a la paella… Muy buena y sabrosa, llega cuando ya estamos algo agotados por lo comido con antelación, a pesar de lo cual, varias personas repiten un segundo plato. El resultado es que hemos quedado muy satisfechas y satisfechos. La fruta -las fresas con nata, plátanos, manzanas, naranjas, etc.- para quienes todavía pueden tomar algunas calorías más.

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Como todo buen acto de comensalidad, el encuentro ha trascendido los alimentos y la bebida (buen vino blanco y tinto) y ha estado envuelto de buenas conversaciones, que han abarcado diversos temas: la política general y la municipal en claves diversas, entre ellas la humorística; el recuerdo cariñoso de Ángel y sus andanzas y de Pilar; los aciertos y errores en la educación de los hijos y de la influencia de los patrones parentales y estilos familiares; hemos hecho presente el afecto a José Virtu y a Carlos en este difícil momento y hemos hablado de su nieto y de todos los nietos y nietas, que prolongan y garantizan la continuidad de la vida; hemos recordado a Mª Carmen y Paco Sabuco, hoy en Salzburgo; hemos hablado de los viajes del IMSERSO y de la preparación en el próximo curso de algunos viajes conjuntos, las personas ya disponibles: Mª Carmen y Paco C., Mariló y Salvador -con un estatus de jubilado algo diferente- (aunque ambas hermanas no podrán viajar a la vez, por el cuidado de la abuela), Mª José y Vicente, Amalia y Paco, todos jubilados, todavía en activo mental y físicamente.

Luis, que ya forma parte del club del júbilo, tendrá que esperar a que Eva lo haga el próximo año y celebre una fantástica fiesta de júbilo donde todas y todos estemos invitados (incluido quien escribe estas letras). Eduardo con menos experiencia (menos juventud acumulada) es decir, el más joven, también tendrá que esperar unos años para su incorporación al tiempo de júbilo y gozo.

Antes de terminar la comida un tema político provoca un momento de alta tensión: el único miembro de la barraca en la política activa municipal, es amenazado por su cónyuge con “apuñalamiento” si se vuelve a presentar en la siguiente legislatura. (La amenaza es una metáfora de la actitud afectiva que conllevará, si dicha persona vuelve a presentarse en las siguientes elecciones)

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Un breve tiempo de sobremesa y para poner algo de orden en la barraca: limpiar las mesas, recoger las cosas, fregar los utensilios utilizados y algunos platos (la realización de estas tareas sigue siendo muy desigual y son las mujeres de la barraca las que asumen casi todas estas funciones)

Paco Buigues

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