Después de la visita al coto, estuvimos disfrutando de la vista de la desembocadura por la que desfilaba todo tipo de embarcación, desde los grandes transportes de carga hasta los pequeños pesqueros, con su estela de gaviotas dispuestas a comer los despojos que pudiera arrojar la embarcación.
Como las gaviotas, seguimos la estela de Casa Bigote donde pudimos disfrutar de una buena comida.
Salvador
La envidia de las personas humanas de poder aterrizar mediante el movimiento de sus alas, adecuando las rémiges a modo de “flaps”, en tan corto espacio, como la cima de una de las torres de la Catedral de Puerto de Santa Maria. Se trata de una cigüeña blanca, la que trae a los niños de París, de la que Machado diría que “dormita volando” y Gabriel Miró la ve nadar en el cielo como un pez alado.
Salvador
El paseo con jeep incluye subir a la duna mas alta del entorno y bajar a estirar las piernas, momento que aproveché para tomar algunas fotos de los animales humanos. Animales que en su mayoría descienden del homo sapiens y que se caracterizan y diferencian del resto de especies en que estos pueden llevar a cabo funciones como pensar, discutir, hacer fotos, hacer video y un largo etcétera que ni un animal las haría.
Salvador
Tras la visita a la bodega nos dirigimos a Cádiz a dónde llegamos a la hora en punto de comer. Nos aguarda un extraordinario, para mi gusto, arroz caldoso, que no tiene envidia a los de nuestra tierra. Al finalizar comprendimos que el secreto está en la amistad de la dueña del restaurante “El Faro” con Vicente Castello, el del Nou Manolín de Alicante y su correspondiente influencia gastronómica.
Para ayudar a digerir tan suculentos manjares, visitamos algunos lugares de esta ciudad rodeada de mar y luz. Al contemplar sus fortificaciones y su estratégica situación renacen en mi memoria aquellas lecturas adolescentes entre las que destaca Trafalgar, mítica y última batalla naval donde las velas, el viento, la pólvora y la espada, protagonizaron un dantesco espectáculo de horror y dolor.
Frente la catedral una placa recuerda aquel 1805 y al capitán general Gravina, herido y muerto en aquel cruento combate. Benito Pérez Galdós lo describe a través de los ojos de Gabriel, un muchacho que acompaña a su tutor Alonso y el viejo marinero mutilado Marcial, de forma magistral, con un realismo y una riqueza de detalles que emociona.
Sirvan sendos comentarios del patriota Marcial para ambientar la escena:
“Nosotros vamos siempre contra ellos (los ingleses) con el alma a un largo, con nobleza, bandera izada y manos limpias.”
“…el barco enemigo se nos venía encima, lo cual encabillo (alegró) el alma porque así nos enredaríamos más pronto.”
Sentado en un banco frente el ayuntamiento, mientras nuestras compañeras cumplen con el obligado servicio de las compras protocolarias, repaso aquel caos de violencia innecesaria. El resultado: tragedia y muerte para España, para Inglaterra gloria y muerte. Dolor y sufrimiento siempre. Siempre alguien se alegra del sufrimiento ajeno. Acción necia y absurda. Ciega y pobre capacidad, triste realidad.
Cada disparo, cada cañonazo que resuena como un trueno es muerte y espanto; un brazo arrancado, un ojo que estalla, una pierna que se aleja del cuerpo. La guerra en tierra es cruel, sobre el lecho marino doblemente ingrata. Húmeda y fría. El murmullo de la gente me rescata y me devuelve al presente. Gracias.
El mar en su inmensidad todo lo trasciende. El pasado ahí está. Que la historia nos advierta el camino. La tarde culmina con la visita a la catedral. La música suena para mí, esta tarde de abril, de una forma especial. Tal vez el destino ha querido juntar en un mismo espacio diferentes tiempos. Gravina, Churruca, Nelson con Alonso, Gabriel y Marcial, de nuevo han visitado el Malecón y la Caleta y tal vez hayan reflexionado sobre inutilidad de la violencia.
Luis Soler
Llegamos al coto, yo cargado con el 70/200mm f4 dispuesto a fotografiar todo lo que se menea y lo que no se menea. Era el momento de disfrutar de la gran biodiversidad animal del parque.
Subimos al jeep y me coloco en la ventanilla de la primera fila, abandonando a mi amada que también quería ventanilla. Abro la ventanilla, coloco la cámara y pienso… ya pueden pasar… los voy a fotografiar a todos. Miro el contador, me quedan 526 tomas, bueno tengo otra tarjeta en el bolsillo por si acaso. Inmerso en mis pensamientos, oigo al amable y joven conductor que nos da la bienvenida al parque y nos exhorta a que si algún pasajero, ya sea por la derecha o por la izquierda del jeep, ve a algún animal que lo diga que el parará para que podamos verlo, ¡que bien! pensé, pero lo que dijo a continuación ya no fue tan agradable de escuchar… en esta época es muy raro encontrar animales en el coto… ¡como! ¿se han ido? ¿no han venido?… y siguió diciendo: cójanse bien porque por las dunas vamos a saltar como en un tiovivo. No se equivocó en nada, saltamos hasta hartarnos y animales pocos vimos.
Habían mas animales, humanos, dentro del jeep que fuera. De todas formas la experiencia fue muy positiva.
Salvador
Durante la travesía de la desembocadura del Guadalquivir, nos encontramos con el Fuerte de San Salvador del que en la actualidad solamente quedan tan solo los muros, las troneras y un par de garitas.
Su construcción fue ordenada por Felipe IV en 1627 con el objetivo de proteger el puerto de Bonanza de la piratería.
Siguiendo el cauce nos encontramos con un astillero de Bonanza en Sanlúcar de Barrameda.
A un lado de rio el Parque Nacional de Doñana, objetivo de la travesía, al otro, marismas, salinas, pinares singulares y esteros. Todo un conjunto de ecosistemas cargados de biodiversidad.
Por fin desembarcamos en el Parque Nacional, donde nos estaban esperando los jeeps con los que daríamos una vuelta por el mismo. Íbamos dispuestos a ver todo tipo de las numerosas especies que en él habitan… cuando no se han ido a otro sitio.
La disposición era la de grabarlo o fotografiarlo todo.
Sin perder detalle.
Salvador
Cuando viajamos parece que la vida, en general, se detiene. La excitación, bueno la emoción, producida por la secuencia vertiginosa de visitas y excursiones, enturbia la percepción de la cotidiana realidad. Nada de eso, todo fluye con puntual exactitud ajeno al palpitar del corazón individual.
Hoy 9 de abril, temprano, cuando el sol aún se despereza sobre el lecho azul del horizonte, bajo a la recepción del hotel y desde allí observo el trasiego de clientes que se encaminan hacia el comedor para cargar de energía el cuerpo al tiempo que los trabajadores del hotel se esfuerzan por mantener en equilibrio perfecto, todos los niveles de consumo que puedan precisar sus moradores.
Una joven maneja con ligereza la fregona para que el suelo refleje la luz de la mañana. Un trasiego de carritos adquiere protagonismo durante estos primeros momentos de la jornada. Por un instante este amplio recibidor se tranquiliza y su vacío me complace. Pronto se interrumpe y de nuevo el ajetreo reaparece y falto de concentración suficiente, me marcho.
Busco la calle y en ella hallo el palacio del marqués de Domeq. Edificio regular en forma de cubo monumental con la estatua de su dueño presidiendo la plazoleta que desde poniente sirve de patio exterior. Enriquecedor por su severa presencia.
Nuestra briosa furgoneta nos traslada al Puerto de Santa María. Una rápida visita nos muestra una magnífica iglesia sobre otra, igual de magnífica, mezquita. En sus calles descubro viviendas nobiliarias, majestuosas casas de piedra labrada con grandes escudos para testimoniar su titularidad; amplias balconadas de hierro forjado para mostrar señorío y poderío.
En resumen vanidad y ostentación bajo un ribete de arte. Prefiero más humildad y menos orgullo de señorito. Confío más en una sencilla manipulación material que en grandes demostraciones de volumen. El arte no sabe de economía: o no debiera.
Se completa la mañana con la visita a las bodegas originales de Osborne, apellido de origen inglés, creador de esta empresa de vinos finos andaluces. Soberbios. El silencio, la penumbra, el olor, la humedad… son algunas de las impresiones físicas que percibe el visitante al penetrar en este recinto que sabe a templo y oficio religioso.
Se cierra este episodio con un sorbo de fino blanco, oloroso y prudentemente fresco. Andalucía es tierra generosa, capaz de transformar el agua y los minerales en un elixir primitivo, básico, útil; constructor en parte del carácter alegre de estas gentes.
Luis Soler
Tras un copioso almuerzo nos desplazamos desde Jerez hasta Sanlúcar donde esperaríamos el barco para realizar la travesía del Guadalquivir en su desembocadura.
Salvador
Imágenes del viaje de Amalia y Paco
Amalia y Paco
EN EL DIA DE LA MADRE A TI MADRE, A TODAS LAS MADRES. 1 MAYO 2016 P. B.
Hace ya algo más de dos años que te fuiste pero sigues estando entre nosotros. Externamente de una forma sencilla -como eras tú- en las conversaciones cotidianas, en el recuerdo en los tiempos de meditación y, una vez al mes, siempre que es posible, en donde tanto te gustaba, en tu parroquia del Buen Pastor, en tu segunda casa, donde tanto amor pusiste, en forma de entrega y servicio. En esas misas de los segundos martes del mes, donde el párroco Jesús, con un cariño y sensibilidad exquisitas te recuerda, junto a los nuestros: Francisco (tu marido y nuestro padre), María y Andreu, Balbina y Vicente y, en ellos, simbólicamente, a todos los antepasados que nos han precedido. Un pequeño tiempo de recuerdo, encuentro y comunión contigo, con la sacralidad de todas las vidas pasadas, presentes y futuras (de toda la vida que es y se expresa a través nuestro)
También te llevamos en nuestro psiquismo, interiorizada en nuestra forma de ser, de conocer, de querer, de estar en el mundo. Estamos impregnamos de ti, de tu presencia, de tu amor, de tu fragilidad y condicionamientos, de tu esfuerzo y entrega a lo que creías importante: el buen hacer y la ayuda a los más necesitados.
El amor de la madre es. Es fundante de lo humano, de la sociabilidad y las relaciones humanas. Es la entrada del nacimiento físico (propio del ámbito animal) a la existencia, propia de lo humano, que no puede darse sin la mirada, la acogida, el reconocimiento y la aceptación amorosa de la madre. Es la matriz amorosa y social de lo humano que surge y se expresa a través de la madre y que nos hace bioevolutivamente seres necesitados de aceptación, reconocimiento y amor; que hace que solo podamos encontrar plenitud en el amor y que tanto nos hace sufrir cuando nos es negado, en cualquier situación de la vida (por nuestra pareja, nuestros familiares, por nuestras compañeras o amigos, por nuestros vecinos…)
Este día dedicado a las madres convendría que fuera (más allá del día de la madre del Corte Ingles y del consumo) un tiempo dedicado al reconocimiento y aceptación de todas las madres (por muy negativas y dolorosas que hayan podido ser algunas experiencias relacionales con ellas) a la vida recibida, que nos ha llegado a través de ellas. Porque el amor de la madre es fundante de la existencia (a pesar de todos los límites y condicionantes con los que nos haya podido llegar)
Gracias madre. Nos habitas y formas parte de nosotros y te estamos agradecidos por la vida recibida.
Paco Buigues
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