El Matrimonio. Kahlil Gibran

on lunes, julio 30, 2012

Paso a cumplimentar el texto del matrimonio añadiendo unas pinceladas sobre la figura del poeta libanés. Me permito copiar el primer comentario de la introducción a la edición de 1997, sobre el original en inglés de 1923. Dice así: " Hay quien pregunta si es muy antiguo este autor. Y sí, ciertamente lo es. También he oído preguntar si es nuevo este autor, e igualmente la respuesta es afirmativa. No se trata de un juego de paradojas sino de una realidad atemporal. Es un clásico, o al menos esa etiqueta es ineludible, pero de tan usada comienza a no ser suficiente. Autor y obra, Gibran’s Almustafà, por supuesto que tienen fronteras y edad. Una edad relativa y una edad absoluta, una frontera espacial y una frontera desbordada. El oficio y la misión de estas páginas es el de hacer referencia a las unas, relativas y espaciales, sobre las otras, absolutas y desbordadas, a ti lector, y a la historia competen. Cada libro es una especie de caja de Pandora y sólo en quien lo abre está la culpa y el mérito.
Una última advertencia preliminar: sólo hay dos modos de leer El Profeta: con los ojos abiertos y con los ojos cerrados. No caben términos medios. Quizá nadie llegue a saber cuál es el peso de este pequeño volumen que ahora tienes entre tus manos, pero si preguntas encontrarás que para algunos supone muchas bibliotecas, mientras que para otros no es nada más que una nueva cita más o menos vistosa. En esto está la diferencia entre esos dos modos de lectura. Por desgracia, cuanto más sabemos peor leemos y más legañas enturbian nuestra comprensión"

Matrimonio 
                                                    Pintura desconocida de Kahlil Gibran

Entonces Almitra habló otra vez:
¿Qué nos diréis sobre el matrimonio, maestro?
Y esta fue su respuesta:

   Nacisteis juntos y juntos permaneceréis para siempre.
   Estaréis juntos cuando las blancas alas de la muerte esparzan vuestros días.
   Y también en la memoria silenciosa de dios estaréis juntos.
   Pero dejad que crezcan espacios en vuestra cercanía.
   Y dejad que los vientos del cielo libren sus danzas entre vosotros.
   Amaos con devoción, pero no hagáis del amor una atadura;
   haced del amor un mar móvil entre las orillas de vuestras almas.
   Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una misma copa.
   Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
   Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.
   Las cuerdas de un laúd están separadas aunque vibren con la misma música.
   Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero se adueñe de él.
   Porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.
   Y permaneced juntos, pero no demasiado juntos.
   Porque los pilares sostienen el templo, pero están separados.
   Y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.

Luís Soler

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