La Cara del Moro

on domingo, agosto 30, 2009

El día 13/02/2008 se leía en El País la siguiente noticia:

“Empieza la restauración de 'la cara del moro' en Alicante
El Ayuntamiento presupuesta 300.000 para restaurar las grietas del monte Benacantil, a las faldas del castillo de Santa Bárbara

Empiezan los trabajos de restauración del perfil más característico de la ciudad de Alicante: la conocida como cara del moro del monte Benacantil, a las faldas del castillo de Santa Bárbara….

El Ayuntamiento de Alicante ha contratado a una empresa de georrestauración que en los próximos meses se encargará de reparar las fisuras y grietas (hasta 40) detectadas en las faldas del castillo…

Habiendo oído que, tras la restauración, el perfil del castillo se ha quedado sin nariz y preocupado por esta noticia he tratado de hacer una comparativa entre el perfil que el castillo presentaba a finales del XIX, principios del XX (imagen de la izquierda) con el que presentaba en Julio de 2009 después de la reparación (imagen de la derecha).

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Las imágenes han sido manipuladas con el objetivo de resaltar fielmente el perfil en ambos casos. Aunque el ángulo de la tomas no son exactamente iguales, las imágenes pueden ser válidas para que cada uno pueda juzgar las diferencias.

Salvador

Del Puente Viejo, al Viejo Molino

on martes, agosto 18, 2009

Continuando nuestro recorrido, llegamos, con las aguas que han superado pozas y azudes, hasta una amplia y despejada explanada que por su situación estratégica añade valor económico y humano a su privilegiada posición.

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Hablo del lugar donde confluyen y se unen los caudales hídricos procedentes de Tagarina, con los que bajan de l’Arc. La suma proporciona suficiente energía para mover las muelas recias y duras, las refinadas piedras del molino que trasformaban – pues ahora duermen el tiempo – en harinas diferentes, los diferentes tipos de cereales que la zona producía – pues ahora el tiempo las duerme –.

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Restos de antiguos edificios, posiblemente árabes, afianzan la idea sobre la profunda historia del lugar y le confiere un sabor, un poso auténtico que lo ennoblece y le proporciona solera y señorío.

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Desde el esquemático puentecillo que salva el cauce construido por el discurrir geológico y gravitatorio de las aguas y permite comunicar una y otra parte, observo el majestuoso “Salt”, ahora, con los rigores del verano, menos soberbio y poderoso, tan solo utilizado por unas pocas filas que saltan al vacío entonando una melodía uniforme, sobre una base de percusión lítica.

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Más arriba y por una senda que blanquea el fondo verde oscuro del atardecer, un humilde caño derrama agua sobre el agua viajera del curso natural. Esta fuente recibe el nombre de Al Fafara, pero yo creo que se trata de una ligera evolución popular del término árabe de Al fawwàra que significa fuente. Así por tanto la fuente “fuente”, incorpora su individualidad y formando unidad con las restantes, saltando y brincando entre piedras, buscan alcanzar la inmensidad de los océanos…

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Pero antes, una vez, todas juntas, las de oriente y poniente, canalizadas en hermandad y aprovechando la forma ovalada de la piedra, penetran viriles la concavidad femenina de la poza del molino. Es curioso observar la evolución y significado de las palabras. El castellano mantiene el género, al igual que el hebreo, donde (Beor) el pozo tiene sentido femenino. En varios pasajes bíblicos los patriarcas encuentran a su mujer al lado de un pozo (El encuentro entre Jesús y la Samaritana tiene lugar también junto a un pozo) y probablemente venga de ahí el dicho popular “Todo mi gozo en un pozo”.

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Con esta reflexión de carácter sexual, y que cada cual entresaque lecturas mas profundas, me despido de estas aguas, abandonadas a su suerte y destino, para ascender por el barranco de l’Arc hasta su nacimiento, saludando en este camino a todos aquellos elementos naturales que encuentre a mi paso.

Nota: En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José, allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dice: “Dame de beber”. Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La Samaritana le dice “¿Cómo tú siendo judío, me pides de beber a mi que soy Samaritana?” Porque los judíos no se tratan con los samaritanos. Jesús le contestó “Si conocieras el Don de Dios y quien es el que te pide de beber, le pedirías tú y él te daría agua viva” La mujer le dice: “Señor si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de donde sacas el agua viva? ¿Eres tú más que nuestro padre Jacob que nos dio este pozo y de él bebieron, él y sus hijos y sus ganados?” Jesús le contestó “El que bebe de esa agua vuelve a tener sed, pero el que bebe del agua que yo le daré nunca mas tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna”. La mujer le dice “Señor dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla”

Texto: Lluís Soler                 Fotografía: Salvador                 Video: Carlos (El Salt 2007)

Del Toll de la Caldereta al Puente Viejo

on miércoles, agosto 12, 2009

El río desciende con ligera pereza, pues el calor agosta los pequeños acuíferos naturales y algunas fuentes se resienten. La vegetación se espesa y con fruición absorbe y bebe las escasas aportaciones de los diminutos manantiales que a duras penas resisten el verano.

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En este tramo que rodea el pueblo por el poniente, entre las partidas del TerÇ y el Llinar, los bancales de feraz huerta se complementan de verdes y abundantes pinos que se aceran furtivos hasta el cauce mismo para saciar y saborear las ricas, en minerales, aguas del menguado riachuelo.

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Allí donde la rocosa base hace un hueco a la pastosa arcilla, la corriente agresiva de las invernales aguas, construyen una poza (un toll) que cada año crece y crece en función del depósito de tierra acumulado. El toll de la Caldereta y la misma Caldereta son ejemplos perfectos de este juego, que ordena y clasifica los materiales según dureza y resistencia; intensidad y velocidad.

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El paisaje resultante es una vía viva, cambiante de aspecto, que se inicia en la montaña y viaja hacia el mar, la mar tal vez, para desde allí ascender al cielo y completar este ciclo existencial. Nadie mejor que Jorge Manrique en la copla III para expresar este pensamiento:

 

Nuestras vidas son los ríos

que van a dar en la mar,

qu’es el morir;

allí van los señoríos

derechos a se acabar

e consumir;

allí los ricos caudales

allí los otros medianos

e mas chicos,

allegados son iguales

los que viven por sus manos

e los ricos.

 

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El toll y la fuente forman parte de un mismo todo, y si bien ésta lo alimenta, aquel conserva y almacena el caudal natural, cual cuenco artificial. Aquellas que consiguen rebasar y desbordar la poza continúan, frágiles y famélicas el curso descendente, esperando las aportaciones a ras del cauce de “escorrims” es decir filtraciones procedentes de las acequias superiores. Con estas continuas alegrías conseguimos llegar hasta el arco de piedra que sobrevuela y une las dos laderas que se besan en la húmeda y profunda línea virgen.

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Fuente y puente, mínima diferencia fonética, profunda distancia semántica, aquella derrama y vierte, ésta comunica y acerca. Sobre las aguas de Tagarina viejas piedras ennegrecidas por el tiempo contemplan cansadas su paso y se preguntan estáticas, si serán siempre las mismas o diferentes cada año, a pesar que la canción que entonan al saltar sobre los peñascos, al sortear los cañares, sea siempre hermosa, siempre la misma.

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Texto: Lluís Soler                    Fotografía: Salvador

L’Arc. Denominación de Origen.

on lunes, agosto 10, 2009

Estamos en un mercado cada vez más exigente en cuanto a calidad en todos los campos, incluido el de productos agrícolas y alimenticios. Cada vez es más frecuente la búsqueda de productos concediendo una mayor importancia a la calidad que a la cantidad. Esta búsqueda de productos específicos se refleja, entre otras cosas, en una creciente demanda de productos de un origen geográfico determinado, lo solemos llamar “Denominación de Origen”.

El consumidor, para poder elegir mejor entre la gran variedad de productos existentes, debe disponer de datos claros y concisos acerca del origen del producto. El etiquetado se convierte en este momento en un factor fundamental.

Nuestro querido Paco, “El Cuñao”, ha reaccionado positivamente ante esta situación y siguiendo las directrices publicadas en el Diario Oficial de la Unión Europea del 31.03.06 “REGLAMENTO (CE) No 510/2006 DEL CONSEJO de 20 de marzo de 2006 sobre la protección de las indicaciones geográficas y de las denominaciones de origen de los productos agrícolas y alimenticios” ha procedido al envase y etiquetado de tan preciados productos como son la almendra y el aceite de L’Arc.

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Obsérvese la claridad del etiquetado y el mensaje subliminal que en ellas incluye…“Si te gustan cómetelas”… nunca sobran. Directo al consumidor. La gran sabiduría del “Cuñao”

A continuación unas imágenes de la “Denominación de Origen”, la casa de L’Arc.

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Obsérvese también con qué delicadeza procede el “Cuñao” a recoger tan preciada materia prima.

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Por si alguien quiere seguir el ejemplo, Desarrollo Rural y Agrícola de la Unión Europea tiene una “Política de Calidad de Productos Agrícolas de la UE”. En dicho marco existen tres esquemas conocidos como: PDO (protected designation of origin), /DOP Denominación de Origen, PGI (protected geographical indication) / IGP y TSG (traditional speciality guaranteed) destinados a promocionar y proteger nombres de productos agrícolas y alimenticios.

PDO.- cubre productos agrícolas y alimenticios que son producidos, procesados y preparados en un área geográfica concreta mediante el uso de procedimientos reconocidos.

PGI.- cubre productos agrícolas y alimenticios ligados estrechamente a un área geográfica realizándose como mínimo una etapa de su producción, procesado o preparación.

TSG.- Resalta el carácter tradicional, ya sea bien en su composición o proceso de producción.

Es curioso comprobar que en la Base de datos de Origen e Inscripción llamada “DOOR” solamente se encuentran inscritos 54 productos DOP, 35 IGP y 3 TSG españoles, como ejemplos:

DOP

IGP

TSG

Jamón de Huelva

Berenjena de Almagro

Leche Certificada de Granjas

Chufa de Valencia

Botillo del Bierzo

Jamón Serrano

Nísperos de Callosa d’Ensarria

Faba Asturiana

Panellets

Aceite de la Rioja

Cerezas de la Montaña de Alicante

Mejillón de Galicia

Turrón de Alicante

 

… y recordar aceite y almendras de L’Arc.

SAM

Tres Fuentes y un Azud

on domingo, agosto 09, 2009

El agua de la Mayor se une con fuerza a las otras que bajan de Tagarina y juntas, entre juncos flexibles, verticales, enredándose, perdiéndose, en un laberinto infinito de adelfas… alcanzan cantarinas el montículo de “l’engenollà”, de cuya huella divina brotaba, en forma de surtidor, un hilillo de agua fresca y clara, que se sumaba al conjunto acuático que corretea alegre el curso descendente del riachuelo.

Tímida y escondida, a los pies de un enorme algarrobo, ligeramente elevada sobre el tumulto de las aguas, ahora encajonadas entre rocas adornadas de flores y verdes de mil tonalidades diferentes “la font del garrofer”, derrama su dulce y apreciado líquido sobre el caudal hermoso procedente del norte.

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Agua y vida, alimento que humedece la piel y sacia el espíritu, sencilla combinación química que materializa simples elementos en cristalina esencia líquida.

Don divino que el profeta Moisés hizo brotar de la roca para salvar al pueblo, Don  artístico que diluye los colores reflejando en el papel, de la mano del artista, paisajes naturales, que transforma la tierra arcillosa en masa impermeable y poderosa, adoptando la forma y el volumen espacial, capaz de contener alimentos… estas y otras mil cualidades hacen del agua y el lugar donde nacen conjuntos especiales, mágicos, con una fuerza, una energía que impregna el carácter de quienes habitan y beben el elixir divino por excelencia. Los templarios, cuenta la leyenda, que elegían, en función de las aguas y su pureza, el asentamiento de sus monasterios, consagrando el paraje a una virgen.

Tras esta disertación apresurada, llegamos al azud, palabra hermosa de procedencia árabe, cultura y pueblo que tanto bien hizo por y para el aprovechamiento agrícola de este bien vital, mediante acequias y canales, que lo repartían, de manera justa y proporcional, por las distintas partes del término. Azud significa, barrera, división de las aguas, separación que tiene lugar en un punto concreto, estrecho, allí donde el barranco casi se estrangula y es posible ordenar, humaniza, domesticar aquellas alocadas y danzarinas aguas salvajes, mediante una pequeña presa que las contiene, remansa, serena y las encauza dándoles utilidad social.

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El azud de la “murtera” rezuma sabor morisco, este  año con mayor intensidad si cabe por aquello de celebrar cuatrocientos años de la triste, brutal y trágica fecha de su expulsión, a manos del duque de Lerma, valenciano para nuestra desgracia, que arrancó de sus tierras a quienes las trabajaban, cultivaban y regaban con estas misma aguas.

El azud de la murtera refleja, en las noches de verano, trémulas lunas enamoradas, que inquietas y apasionadas se bañan en sus frías aguas, antes de separarse mansas, por las acequias morunas, en busca de sedientas y fértiles tierras de cultivo.

Ocultas a los ojos del visitante accidental, discretas y transparentes, nacen, por una grieta o “badall” las aguas que dan nombre a esta fuente, situada en la parte inferior de la dura y negra roca que protege el flanco oriental del enclave. Tienen, entre los lugareños, fama de medicinales por su dureza y a pesar de ser poco conocidas, tal vez, es mi opinión, sean las mas sabrosas de todas las del municipio de Sella.

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Texto: Luis        Fotografía: Salvador