Viajar lento es el concepto que recupera la antigua fórmula de visitar y conocer nuevos lugares sin prisa, con calma. La Font aplica, en esta salida a Burgos, esa filosofía. Se trata de compaginar nuestro biorritmo con la capacidad de observar, emocionar, digerir. No por mucho correr se alcanza antes el objetivo. Acomodar nuestra serenidad biológica a la vertiginosa velocidad de los tiempos, es un reto que la Font afronta con una delicada y respetuosa tolerancia al medio, natural, histórico-cultural y gastronómico. El resultado, creo, es positivo, gratificante y promete nuevas experiencias a partir del éxito de pasadas y favorables experiencias.
El cronista responde en esta ocasión con una versión mas poética, sin abandonar la prosa descriptiva... pero es que la Meseta es mucha austeridad, mucha seriedad, mucha esencia. Es la meseta con su severa y rígida visión de la vida, elemento unificante de España. Con su ejemplar sacrificio consiguió aglutinar la periferia, incorporando a la idea inicial, el respeto a los fueros y tradiciones de los reinos que se federaban y/o unían. La monarquía castellana es un ejemplo, en los largos años de reconquista, de tolerancia hacia el pueblo y la nobleza. Tendremos ocasión de verlo en el romance que motivó - lo veremos con detalle- por una cuestión de pura tecnología, una tormenta emocional entre este cronista y su amada esposa.
El día de Santa Faz del 2011 mientras la ciudad de Alicante se aproxima en florida romería al santuario donde reside una copia del pañuelo con el que la Verónica secó, el sudor del rostro de Cristo. La Font se aleja de esta tumultuosa aglomeración en dirección contraría, en busca de algo de paz, de alegre compañía y divertidas situaciones que la convivencia nos ofrecerá.
Reunida la expedición en la zona de Rabasa iniciamos nuestra incursión montados en senda elegantes furgonetas: Salvador- Mariló, Vicente-Mariajosé, Eduardo-Tina y Paco-Maricarmen en una; en la otra, otro Paco-Maricarmen, Paco-Amalia, Carlos-Josevirtu y Luis-Eva. Con la brisa a nuestra espalda y subiendo por el balcón de Alicante penetramos en la Mancha con el ánimo expectante y la curiosidad abierta en canal.
Según el itinerario, esta primera jornada, nos llevará hasta Buitrago de Loyola y el monasterio de Silos, lugares que el cronista fotografía del modo siguiente:
BUITRAGO DE LOZOYA
El rio rodea el pueblo
Aguas dulces, llanas,
bordean sus viejas
murallas castellanas.
Tras una discreta comida, la Font se encamina hacia el verdadero objetivo del día: Silos. Este lugar conserva y exporta por el mundo una áurea de solemne espiritualidad. El canto gregoriano ha publicitado y comercializado el misterio que rodea este enclave. Llegamos con el tiempo justo pero suficiente, para sentir el alcance de su verdadero interés, el interno y el externo.
Con el atrevimiento propio del librepensador, me aproximo a la comunidad para compartir, por un pequeño momento, toda la historia monástica. Lo hago con la libertad que ofrece la poesía:
El cronista se despide de este remanso de naturaleza con tranquilidad en el espíritu, el calor del sol de mayo y la agradable compañía de la soledad.
Crónica y Poesía: Lluís Soler Fotografía y Diseño: Salvador
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