Fornells, cabo e Cavalleria, cala Morell y Punta Nati. Día 4º
Respiro y me concentro en el Hara -unos 4 o 5 centímetros por debajo del ombligo- para reencontrarme con mi verdadero rostro original, allí donde soy el que soy.
¿Quién soy yo? Inspiro y expiro profundamente… Soy mi respiración, soy alternativa mente el mar profundamente azul, la palmera que se observa desde mi butaca cuya danza hoy es suave, el pino que asoma por el balcón de la terraza que se mece lentamente y se agita por momentos, dejándose llevar por el viento… Respiro y me sereno hasta que suena el despertador, que aquí y ahora hace las veces de gong.
Saldremos pronto con el Peugeot, con un plan prefijado, en dirección a Fornells, un bonito pueblo marinero, que alberga otro magnifico puerto natural. Visitamos sus calas, la torre de Fornells, el cap de Fornells y damos un breve paseo por el pueblo. (Su restaurante el Cranc tiene fama de ser el que mejor prepara la caldereta de toda la zona)
Siguiendo el itinerario previsto nos dirigimos al cabo de Cavalleria, a visitar su emblemático faro, cuyo interior no podremos visitar (según reza el cartel solo es posible hacerlo, previa cita concertada). El pintor que lo encala cada cierto tiempo y hoy trabaja en el recinto nos dirá que siente no poder dejarnos pasar, pues su puesto de trabajo se vería amenazado si lo hiciera (comentará que la dependencia administrativa, cuasi militar, no lo permite)
Regresamos al hotel para comer y dormir una siesta frente al mar. De camino de vuelta aun tendremos tiempo de entrar en una finca donde hacen queso artesanal de Maó, conocer el proceso de elaboración y comprar algo de queso (de dos clases de curación)
Por la tarde según el plan trazado, paseo por la cala Morell, desde distintos lugares: vista desde arriba, para después, tras visitar la necrópolis del mismo nombre antes de llegar a la cala, bajar para escudriñar el particular relieve de la cala, sus rocas muy pulidas de colores rojizos y ocres, la roca del elefante y otras de formas caprichosas.
Realizamos la visita a la necrópolis y a sus 17 cuevas funerarias de formas redondeadas (uno de los grandes tesoros arqueológicos de Menorca) excavadas en la roca por los lugareños en la época prehistórica del Bronce Medio (1600 a 1200 a. C.) y utilizadas hasta el siglo II d. C.
La cueva 9, no accesible porque tiene una gran charca en su entrada con especies endémicas del lugar, principalmente el sapo, que queriéndonos agradecer la visita, nos obsequió con un maravilloso concierto “croativo”, en respuesta a nuestros requerimientos.
Se nos hacía tarde y algo de prisa, con conducción de José y copilotage de Charo, viajamos hasta el Faro de Punta Nati, donde se dice que se puede observar una de las puestas de sol más bonitas de la isla. Aparcamos el coche y caminamos hasta el Faro y a partir de las 20:00 h. contemplamos una maravillosa puesta de sol (el sol se escondió ese día a las 20:10) poco antes de que se hiciera el silencio. Toda la naturaleza parecía dispuesta a descansar y se oía el silencio frente al mar que nos envolvía.
El regreso al hotel se produce justo a tiempo de poder todavía cenar en el comedor.
Esta noche guiados por la maestría de Tomas y la gracilidad de Rosa, en la sala del Hotel (ajenos a lo que acontece en la pista de baile) José, Charo, Paco y Amalia aprenderemos los pasos básicos del chachachá hasta la hora de irnos todos a la cama.
Paco Buigues
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