La Boca del Infierno

Sella, 15 julio 2014

Una vez superada felizmente la crisis ocular de Eva y establecido el campamento de verano en Sella, me sumerjo en las coloristas, oceánicas y futuristas imágenes portuguesas, al tiempo que observo la realidad –siempre imposible de asir- mutante y cambiante, ante la contemplación de los mismos personajes en momentos diferentes.

Leo, con interés el artículo de Paco y me sumo a esa concepción relativista de la realidad, sacando la conclusión que a pesar de la imposibilidad de medirla con exactitud, sirve conformarse con el valor aproximado de la buena intención. Desde el respeto y la humildad se avanza y mucho en el camino, largo y lleno de divertidos acontecimientos, para lograr salir del laberinto, en el que nos hallamos perdidos.

Aristóteles consideraba el universo como un organismo singular en el que cada una de sus partes crecía y se desarrollaba en relación con el todo, en el cual tenía su propio lugar. Uno puede quedar perplejo afirma David Bohm ante una gran cantidad de factores como cosas que no encajan, hasta que súbitamente se produce la comprensión y se puede ver que todos aquellos factores están relacionados como aspectos de un todo.

No importa tanto descubrir la realidad plena como sentir y vivir de forma plena la realidad. Mesura y moderación están en la base etimológica de meditar: medida de todo el proceso de pensar, cuyo objetivo final es alcanzar el estado armónico. Así la conciencia interna de las cosas ha sido considerada, en la cultura clásica, la clave esencial de una vida armoniosa.

La proporción áurea nos mantuvo entretenidos un buen tramo del viaje a Lisboa. La aplicación de esta relación a la expresión artística proporciona la razón de estabilidad estética, tan difícil de justificar en la obra creativa. Lo irracional como sustento de lo racional.

Asumida la imposibilidad, presente, de precisar con exactitud absoluta la realidad, debemos elegir entre la compleja y fría senda de la física de partículas o la filosofía de la obra. Por la segunda vía especulativa navega el gran poeta portugués Fernando Pessoa, al tiempo que gran aficionado a la astrología, lo cual le acarreó un lamentable disgusto y susto, del cual procedo a dar cuenta.

Durante nuestra visita a Cascaes, ciudad marítima próxima a Lisboa, a sus famosos acantilados, leo la siguiente lo siguiente “La otra boca del infierno me agarrará, no será tan caliente como la tuya”. Resulta que Pessoa leyó el horóscopo que Aleister Crowley (célebre mago inglés) había hecho sobre sí mismo. Pessoa, descubre que está mal hecho y así se lo hace saber al mago. Crowley que se autodenomina “la bestia 666” le da la razón y le anuncia que iría a Portugal a conocerlo. Pessoa se muestra incómodo pues al parecer el mago practica la magia negra o demoníaca, además de formar parte de la Golde Dawn, pero ya no puede evitar la visita.

El dos de septiembre de 1930 llegó el mago acompañada de su amante de turno, la alemana Anni L. Jaeger. Tras hablar mucho se hacen amigos, una vez vencido el recelo del poeta. El 25 de octubre, la pitillera del mago y una carta escrita por él en estilo hermético fueron encontradas en la carretera de la Boca del Infierno.

Se pensó en un suicidio, en un crimen o en una simulación. El mago se había peleado con su amante y como forma de recuperarla, al parecer, organiza, con Pessoa y el periodista Ferreira Gomes esta broma macabra. El resultado fue que intervino la policía y Pessoa fue llamado a prestar declaración, mientras la pareja de “extraños enamorados” reanuda su relación.

Concluyo este artículo un tanto confuso entre realidad y magia con estos bellos versos del poeta para no quedar presos de esta anécdota intrascendente:

“Pero si dios es las flores y los árboles
Y los montes y el sol y la luz de la luna
Entonces creo en él,
Entonces creo en él a todas horas.
Y toda mi vida es una oración y una misa
Y una comunión con los ojos y por los oídos”.

Luis Soler