Sobre la ilusión:

on miércoles, octubre 17, 2012

Fragmentos de la Conversación entre Einstein y Tagore

Al asomarme a este lugar de encuentro donde se depositan ideas, comentarios, fotografías, escritos serios y cómicos, propuestas y otras cosas, descubro, desde la última vez que lo visité, novedades interesantes sobre pilota y danses populars valencianes, así como una opinión sobre la ilusión, a la cual quiero responder con la complicidad de dos maestros del saber universal: Einstein y Tagore.

Hace poco hablaba sobre la realidad, desde la percepción de Kant "la cosa en sí y la cosa en mí" y también como reflexión de Ananda Coomaraswamy. En el escrito de Salvador (http://www.barracalafont1.blogspot.com.es/2012/09/la-ilusion.html) se afirma: "para ver la realidad tendríamos que despojarnos del yo". Es esta una idea budista de las pocas que discrepo. Todo lo contrario es precisamente desde la posición del "yo" desde la cual podemos "interpretar la realidad". La realidad nunca podremos aprehenderla, tan solo podemos apreciarla, interpretarla, como diría Kant, la realidad es la "cosa en si", pero lo que percibo es la "cosa en mi".

El yo es una autoconstrucción que ilumina la conciencia y desde esa plataforma los sentidos perciben la realidad... así al menos lo entiendo yo. Veamos ahora algunos fragmentos de aquella mítica conversación que tuvo lugar en la residencia del profesor Kaputh la tarde del 14 de julio de 1930 y que puede verse completa en el libro de Tagore "la religión del hombre":

EINSTEIN.- ¿Cree usted en lo divino aislado del mundo?
TAGORE.- Aislado, no. La infinita personalidad del hombre comprende el universo. Nada puede haber que no pueda reabsorberse en la humana personalidad, y esto prueba que la verdad del universo es una verdad humana. Expondré un hecho científico para ilustrar mis palabras. La materia está compuesta de protones y electrones, con abismos entre ellos, y, sin embargo, la materia puede parecernos sólida. Análogamente, la humanidad está compuesta de individuos; pero estos guardan no obstante entre si una interconexión de relacionabilidad humana, que dota al mundo del hombre de viva solidaridad. Pues todo el universo se halla enlazado a nosotros por modo semejante; es un universo humano. Yo he seguido ese pensamiento a través del arte, la literatura y la conciencia religiosa del hombre.
E.- Hay dos conceptos diferentes acerca de la naturaleza del universo:
1.- el mundo como unidad dependiente de la humanidad
2.-el mundo como realidad independiente del factor humano.
T.- Cuando nuestro universo se halla en armonía con el hombre eterno, lo conocemos como verdad, lo sentimos como belleza.
E.- Ese es un concepto puramente humano del universo.
T.- Ningún otro concepto puede haber. Este mundo es un mundo humano; su punto de vista científico es también el del hombre de ciencia. Hay cierto tipo de razón y de goce que le confiere verdad: el tipo de hombre eterno, cuyas experiencias a través de las nuestras se realizan.
E.- Esa es una comprensión de la entidad humana.
T.- Sí; una entidad eterna. Hemos de comprenderla mediante nuestras emociones y actividades. Nosotros realizamos al hombre supremo que carece de limitaciones individuales, mediante nuestras limitaciones. La ciencia se ocupa en aquello que no está limitado a los individuos; es el mundo humano impersonal de las verdades. La religión comprende esas verdades y las eslabona con nuestras necesidades más profundas; nuestra conciencia individual de verdad adquiere universal sentido. La religión aplica valores a la verdad y conocemos como buena a la verdad, en virtud de nuestra armonía en ella.
E.- ¿De modo que la verdad o la belleza no son, según eso, independientes del hombre?
T.- No
E.- Si se extinguiera la especia humana, ¿dejaría de ser bello el Apolo de Belvedere?
T.- Tal creo.
...
EINSTEIN.- No puedo probar científicamente que la verdad deba concebirse como una verdad valedera, con independencia de la humanidad; pero lo creo así firmemente. Creo, por ejemplo, que el teorema de Pitágoras en geometría afirma algo aproximadamente cierto, con independencia de la existencia del hombre. Sea como fuere, si hay una realidad independiente del hombre, hay también una verdad relativa a esa realidad; y de igual modo la negación de lo primero trae consigo la negación de la segunda.
TAGORE.- La verdad, que es una con el ser universal, debe ser esencialmente humana, pues de otra suerte cuanto nosotros los individuos consideremos como verdad no podría merecer tal nombre, por lo menos en la acepción científica de la palabra, como verdad que sólo puede alcanzarse mediante el proceso de la lógica, o , dicho en otros términos, por un órgano humano de pensamientos. Según la filosofía india, existe Brahman, la verdad absoluta, que no puede ser concebida por la inteligencia humana aislada ni descrita tampoco con palabras, sino únicamente abismando lo individual en su infinitud. Pero tal verdad no puede pertenecer a la ciencia. La naturaleza de la verdad de que tratamos es una apariencia, es decir, aquello que aparece como verdad a la inteligencia humana y es, por lo tanto, humano, pudiéndosele llamar maya o ilusión.
...
Continúa esta extraordinaria charla, con bellas interpelaciones entre ambos maestros, deleitando a los lectores. Concluyo y ésta es mi opinión: la realidad es la materia o al contrario la materia es la realidad -materialismo histórico, Marx y Lenin- pero sólo adquiere sentido cuando el yo, desde la conciencia individual, la hace suya.

Luis Soler.

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