En el Parque Doñana

Llegamos al coto, yo cargado con el 70/200mm f4 dispuesto a fotografiar todo lo que se menea y lo que no se menea. Era el momento de disfrutar de la gran biodiversidad animal del parque.

Subimos al jeep y me coloco en la ventanilla de la primera fila, abandonando a mi amada que también quería ventanilla. Abro la ventanilla, coloco la cámara y pienso… ya pueden pasar… los voy a fotografiar a todos. Miro el contador, me quedan 526 tomas, bueno tengo otra tarjeta en el bolsillo por si acaso. Inmerso en mis pensamientos, oigo al amable y joven conductor que nos da la bienvenida al parque y nos exhorta a que si algún pasajero, ya sea por la derecha o por la izquierda del jeep, ve a algún animal que lo diga que el parará para que podamos verlo, ¡que bien! pensé, pero lo que dijo a continuación ya no fue tan agradable de escuchar… en esta época es muy raro encontrar animales en el coto… ¡como! ¿se han ido? ¿no han venido?… y siguió diciendo: cójanse bien porque por las dunas vamos a saltar como en un tiovivo. No se equivocó en nada, saltamos hasta hartarnos y animales pocos vimos.

   

Habían mas animales, humanos, dentro del jeep que fuera. De todas formas la experiencia fue muy positiva.

Salvador