Picasso y las Mujeres

Sobre el surrealismo, el psicoanálisis, el dadaísmo y un poco de esoterismo matemático versará esta entrega.

Todo arranca un 11 de febrero de 2012 cuando leo el siguiente título en el suplemento del País: "máquinas de sufrir" (refiriéndose a las mujeres) tomando a Picasso autor de la misma. Rosa Olivares, autora comenta:"Al genio no se le cuestiona. Su obra, ingente y esplendorosa, sustituye, tapa, impide cualquier duda, cualquier crítica" Nada de eso, afirmo yo. Claro que se cuestiona, todo, absolutamente todo es cuestionable. Manifiesto, muestro y expreso mi total desacuerdo con Rosa y por supuesto con el inadecuado comentario de Picasso. ¿Cómo que el genio tapa y justifica sus actos? Imposible. Para empezar nadie es genio. Nada ni nadie posee en su interior un "genius" que lo ilumina y le guía para hacer "obras de arte". Todo falso. Todo es revisable y criticable, Picasso también. Evidentemente yo también el primero. No hacerlo, por creencia en esa leyenda urbana del genio tocado por la mano divina o por un conjuro de la naturaleza, o por adulación y respeto extremo a su autoridad, nos sitúa en la fábula del rey vestido con un traje que sólo pueden ver los limpios de corazón... fue precisa la inocencia de un niño para hacer evidente y notorio que el rey iba en paños menores y sus ilustres sastres unos impostores, que además de quedarse con el dinero se rieron de su majestad y de sus temerosos súbditos. Eso ocurre o puede ocurrir cuando no criticamos suficientemente las cosas, cuando obedecemos sin criterio personal.

Picasso fue un gran pintor, un excelente pintor, como yo un buen maestro y aquel un perfecto albañil. Todos somos grandes cuando realizamos nuestro trabajo con dignidad. La diferencia la marca la dedicación, el esfuerzo, la búsqueda, el despertar de la conciencia.

"Se conocen trece mujeres en su vida sentimental o tal vez sería mejor decir sexual, entre amantes, esposas, novias... todas ellas modelos, todas ellas engañadas y abandonadas, excepto Francoise Gilot (con la que tuvo dos hijos, Claude y Paloma a los que nunca quiso volver a ver después de publicarse el libro "Mi vida con Picasso") que fue la única que abandonó al genio", dice Rosa Olivares.

 
Les Demoiselles d’Avignon (1907). Museo de Arte Moderno de Nueva York

La frase anterior me fuerza a pensar que Picasso sabe que no es un genio, pero, como otros muchos dejar correr el engaño, se aprovecha de esa condición. Esa circunstancia y su obra (espléndida, estupenda, original, maravillosa) le reportará una fortuna económica y un reconocimiento mundial que lo "endiosa". Vivir con esa carga, exige dedicación 24 horas, 365 días al año. Requiere abandonar toda actividad humana en lo cotidiano y por tanto necesita de un extenso cortejo de sirvientes, cocineros, abogados... también mujeres para satisfacer su deseo y ampliar su ego conquistador.

 
Mujer desuda acostada jugando con gato (1964). Colección Particular

"Vivía el presente con amor y cuando le resultaba cansino, cortaba amarras radicalmente". Palabras, estas de Elena Foster. La libertad le permite hacer esto y cualquier otra cosa, pero no sólo a Picasso, a todos. Muchas de estas mujeres abandonadas sufrirán las consecuencias de esa ruptura. No acuso de nada, ni a Picasso ni a nadie, no es mi pretensión. Responsabilizo, de ahí mi condición política, al sistema que no prepara a todos los individuos para enfrontarse en un plano de igualdad. Ahí radica el engaño, pongo como ejemplo el caso de Marie-Térèse Walter que en 1927 conoce a Picasso con 46 años: "Yo tenía 17, iba de compras por el bulevar. Él me miró. Llevaba una corbata soberbia, roja y negra, que aún conservo. Me sonrió bellamente. Señorita, tiene usted un rostro interesante. Quisiera hacer un retrato. Siento que haremos grandes cosas, juntos. Soy Picasso".

 
"Cabeza de Mujer" (1934). Cuadro robado en Enero 2012 de la Galería Nacional de Atenas

Hallo una gran desproporción entre el pintor famoso, envuelto en un aura de nobleza y genialidad y la inocente ambición de ser modelo, nada más y nada menos que del creador del cubismo, de Marie. Me recuerda este encuentro el cuento de Caperucita Roja, sin necesidad de emparejar personajes. Cuando hay poder, dinero, fama, en una parte y belleza, ambición en la otra, pueden ocurrir estos, así lo considero yo, abusos de poder.

Sirva esta breve apreciación personal sobre una minúscula porción de la amplia capacidad creadora de Picasso, para desmitificar el falso potencial de egolatría con el cual la masa que vitorea los éxitos, sin crítica, encumbra, de manera innecesaria, a sus héroes... para en muchas ocasiones, dejarlos, luego, caer de forma estrepitosa. Es culpa del sistema, afirma el político, por eso hay que perfeccionarlo.

También será de utilidad esta curiosidad sobre la vida íntima del pintor, para comprender el hilo que nos conducirá a Dalí y la obra seleccionada que aún se mantiene oculta. Éluard, Dalí y Picasso comparten, entre otras cosas, amistad y mujeres, veamos. Gala, primera esposa del poeta surrealista, se convertirá en musa "eterna" de Dalí, abandonando a su esposo, tras un viaje de visita al pintor en Cadaqués. La segunda esposa del surrealista poeta, Nusch, tuvo con Picasso "un affaire", "un gesto de amistad": "sólo lo hice para hacerlo feliz (a Paul). No quería que pensara que no me gustaba su mujer". En estos casos, y en un plano de igualdad, todo vale... como si entre ellos quisieran mantener otro "affaire". Ahí no hay víctimas, ni desengaño -que sí engaño - pues todos son potencialmente iguales. Esa es la diferencia respecto al cuento popular.

Hemos llegado pues al pintor Dalí, sobre quien comentaremos diferentes aspectos de su original forma y manera de entender el arte y la vida, pero eso será en otra entrega.

Luis Soler

Os invito a ver la obra pictórica de Picasso en la siguiente página web
http://es.wahooart.com/A55A04/w.nsf/P/PabloPicasso?Open&Flash=3D-1
Salvador