Sobre el Agua un Silencio

Buenos días Salvador, al ver la primera entrega de nuestro último viaje, una fotografía provocó en mi una reacción artística. Procedo a describir la emoción:
 
Sobre el agua un silencio
 
De la confluencia entre la concepción filosófica de la realidad y el uso que el humano hace de su sensibilidad surge el arte. Así, a groso modo, me aproximo a una fotografía que titulo, con permiso de su autor, "el silencio reposa sobre un espejo de agua".
 
Dice Ortega y Gasset en la deshumanización del arte: "La relación de nuestra mente con las cosas consiste en pensarlas, en formarse ideas de ella. En rigor, no poseemos de lo real sino las ideas que de él hayamos logrado formarnos. Son como el belvedere desde el cual vemos el mundo. Decía muy bien Goethe que cada nuevo concepto es como un nuevo órgano que surgiese en nosotros. Con las ideas, pues, vemos las cosas, y en la actitud natural de la mente no nos damos cuenta de aquellas, lo mismo que el ojo al mirar no se ve a sí mismo. Dicho de otro modo, pensar es el afán de captar mediante ideas la realidad; el movimiento espontáneo de la mente va de los conceptos al mundo"  
 

Tras esta magnífica aportación que enfoca de manera exacta la idea de pureza en el arte, expreso la impresión que la fotografía me provoca. Podría intentar explicar los motivos por los cuales el artista capta el instante, su enfoque, la luz que incide cuando el sol declina, las sombras que oscurecen... el reflejo invertido del monasterio... pero es mejor que exprese las ideas sobre la realidad.

Sobre el Agua un Silencio
 
Sobre una frágil lámina
de dos hidrógenos y un oxígeno
un campanario invertido
comparte espacio con los verdes
vétales de la foresta riojana.
 
Sobre una inestable pátina
de transparente acuarela 
la esencia pura de sentir espiritual
se adormece en el atardecer infinito
de la vieja y estimada Castilla.
 
Sobre esta quebradiza y fina
superficie, por un instante aparecen
las sombras del pasado aun presente
aquellas de resumen lo que somos:
seres imperfectos, simples mortales.

Luis Soler