Era una tienda de ultramarinos, las 14:30. ¡Que fácil es mover a la gente, donde me incluyo, cuando se ameniza el bocado con una música en directo! Los músicos, unos artistas, se les veía disfrutar del momento. El establecimiento abarrotado, pequeñas mesitas de mármol donde la gente degustaba vino acompañado de alguna vianda.
Nosotros, hambrientos, mirando y haciendo fotos a través del cristal.
Salvador
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