La Leyenda del Amigo Invisible 2014

on martes, diciembre 31, 2013

LA LEYENDA DEL AMIGO INVISIBLE 2014: UNA INVITACIÓN AL AMOR

A diferencia de los animales que nacen una sola vez, las personas -los humanos- necesitamos nacer dos veces: necesitamos nacer y existir. Y para existir, además de que nos alimenten como necesitan todos los animales, para tener una vida de personas, necesitamos la mirada y la voz de la mamá y del papa o de personas cercanas. Que nos miren, que nos abracen, que nos digan cosas, que nos quieran, que nos traten con ternura y con cariño. Si no tuviéramos al lado personas que nos miran y nos reconocen y nos aprecian, no podríamos vivir como personas humanas y enfermaríamos o no llegaríamos a humanizarnos.

Nos ocurre pues, que a todos y a todas, cuando crecemos nos gusta que los otros nos miren, nos reconozcan, nos hagan caso, nos traten bien, nos aprecien; no podemos vivir bien sin familia, amigos, compañeros y compañeras, sin personas a nuestro alrededor, en las que podemos confiar y sabemos que nos aceptan, nos respetan, nos quieren.

Algunos ejemplos en el ámbito educativo. Para Martín este es el primer curso en el que se siente por fin feliz, porque ha cambiado de clase (5º PIL a 5º PIP) dado que el 80% de sus compañeros de la otra clase (sociograma) le tenían manía o le odiaban y ahora sus nuevos compañeros lo han aceptado bien. Para Samuel, que casi nunca quería venir al colegio porque no se sentía bien con los compañeros, ni consigo mismo, cuando le tocó ser el alumno de la semana y todos le decían cosas agradables y le hacían caso, quería que los sábados y domingos también hubiera colegio. Esdrubal, poco valorado y estimado entre sus compañeros, solo después de la muerte súbita de su padre, cuando la profesora preparó con sus compañeros como acogerlo y tratarlo bien, cuando volviera a clase, pudo expresar a su madre, que ese había sido el día más feliz de su vida. Los ejemplos podrían multiplicarse, pero la cuestión es siempre la misma: solo podemos ser felices con los demás, cuando somos aceptados y acogidos por ellos y ellas.

Así es que esta es nuestra necesidad bioevolutiva: que en cualquier lugar donde estemos -en la familia, en el grupo de amigos, de compañeros, en el colegio, en el trabajo, en el SPE, en la asociación o en cualquier grupo humano- necesitamos que nos traten bien, nos reconozcan y nos aprecien, si no nos sentimos mal y enfermamos.

¿Por que acaso no hemos descubierto que lo que nos sienta bien, es estar en armonía y amorosamente con nosotros mismos y con los demás? ¿No hemos experimentado que es la generosidad, la solidaridad y el compañerismo, lo que nos hace sentirnos bien y en armonía con los demás y con la vida?

Así que en esta maravillosa y compleja profesión nuestra, convendría no olvidar, que por debajo de informes y pruebas, de las matemáticas, el CM y el lenguaje, estamos envueltos en varias vueltas por las emociones, que impregnan toda nuestra vida psíquica y nuestras relaciones y que hacen cosas distintas con nuestra inteligencia y con nuestros aprendizajes y que aportan alegría, tristeza, miedo, seguridad, plenitud y sentido o lo contrario.

En los centros conviene cuidar de la alegría y la sonrisa de los niños y niñas -y de los mayores- porque las endorfinas que producen, curan nuestro organismo, tienen efectos analgésico y antiinflamatorio y nos hacen sentir bien.

Las escuelas representan la matriz institucional de la ciudadanía y son un espacio de encuentro clave, donde se aprende a convivir y donde se forjan las personas en relación con los otros y se construye la historia. Que como expresaba Merton, los centros educativos sean espacios de celebración, de festejo y alegría por hacer algo hermoso con nuestras vidas, espacios para aprender a vivir el encuentro, la solidaridad y el amor. Porque como ya sabía Paracelso, todo amor es medicina…

Paco Buigues, un amigo no tan invisible

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