Dalí

Buenos días, amigo lector. Cumplido el trámite de solicitar continuidad a este relato, accedo, con gusto, a compartir la información prometida en la entrega anterior. Conocida la compleja personalidad del Dalí y su meticulosidad en el trabajo es el momento de comentar que para la composición del cuadro utiliza la conocida y curiosa "proporción áurea: A+B/A =A/B". Leda atómica se inspira tanto en la mitología griega, como hemos visto, como en el curioso efecto del número áureo. Su valor irracional 1'618... lo estudia Euclides (300-265 a.C.) que lo define de la siguiente manera: "Se dice que la línea recta está dividida entre el extremo y su proporcional cuando la línea entera es al segmento mayor como el mayor es al menor".

En 1509 el matemático y teólogo Luca Pacioli publica el libro "De divina Proporcione" en el que plantea cinco razones para considerar divino el número "fi". Las razones son muy Pitagóricas y adaptadas a la iglesia, en un intento de fundamentar, desde la ciencia el concepto de dios. Lo interesante en mi opinión es que el crecimiento infinito del número irracional se aproxima al infinitesimal progreso evolutivo: tiempo y paciencia, elementos para avanzar por el futuro.

Más tarde Alberto Durero publica "Instrucciones sobre la medida con regla y compás de figuras planas y sólidas" donde explica el procedimiento para trazar la espiral en la sección áurea y conocida como espiral de Durero.

El primer uso conocido del adjetivo áureo, dorado, o de oro, lo hace el matemático Martim Ohm, hermano del físico Georg Simón Ohm en la segunda edición de 1853 de su libro "Las matemáticas puras elementales" donde afirma: "Uno también acostumbra llamar a esta división de una línea arbitraria en dos partes como la sección dorada".
Sirva esta pequeña aproximación histórica, incompleta pero suficiente, para situar la inspiración como un proceso libre, elaborado, dinámico. Lejos quedan las interpretaciones clásicas y románticas del Genius o los dictados divinos o las visiones en la frontera del subconsciente. Pero para la correcta comprensión de Leda es preciso avanzar un poco más y conocer el importante papel que juega "fi" en los pentágonos regulares. Cada intersección de partes de un segmento corta a otro segmento en una razón áurea. Tal vez se entienda mejor mirando este pentágono de colores. El pentagrama incluye 10 triángulos isósceles: cinco acutángulos y cinco obtusángulos. En ambos la razón del lado mayor y menor es "fi" es decir 1'618... Estos triángulos se conocen como triángulos áureos.

Puestos a consignar paralelismos sirva el siguiente: Leonardo también utiliza la sección áurea en concreto en el "homo cuadratus" que se conserva en la academia de bellas artes de Venecia. La obra es un estudio sobre la figura humana bajo los cánones de Vitrubio, de ahí su nombre. El centro de la circunferencia está en el ombligo y el del cuadrado en los genitales. Las proporciones ideales del cuerpo humano corresponden a al razón áurea entre el cuadrado y el radio del círculo.

   

Quienes hayan leído el libro "El código Da Vinci" (prácticamente todos) de Dan Brown recordarán como utiliza en forma novelada y no muy digna, a mi entender, estos principios matemáticos. La popularización y divulgación exagerada hace que "todo suene" pero sin acceder a la fuente, quedándose en una ligera capa de barniz sin más. Matilde Asensi es otra escritora que utiliza esta primera base esotérica para publicar con éxito. Bien está si ello sirviera para saltar la barrera de influencia publicitaria de la comunicación de masas... pero me temo que ello será difícil.
Con esta entrega un tanto confusa confío que se destape la curiosidad y se compruebe experimentalmente todo lo enunciado en esta página. En la siguiente me aproximaré a los rosetones y mandales templarios, árabes, judeo cristianos y pitagóricos.

Luís Soler