El Placer de Viajar Despacio

on domingo, febrero 13, 2011

Ahora que está de moda el Ave, la velocidad y la prisa por llegar, quiero reivindicar, por aquello de la compensación y el equilibrio la teoría de saborear, apreciar y valorar el tiempo y su manifestación estética. Visitar corriendo, engullir a toda máquina, leer sin apreciar el contenido, mirar sin ver por el exceso de velocidad es el resultado de una existencia loca por llegar primero... Eso está bien para los impulsivos jóvenes ávidos de todo, para los ignorantes turistas que devoran edificios y ametrallan con sus cámaras los monumentos y las obras de artes... pero a nosotros... ¿qué prisa nos espera? Pasear, mejor que correr, observar con emoción las obras de arte, mejor que pasar la vista por encima de ellas si apreciar su valor y su belleza. Dos citas para ilustrar este pensamiento:
Primera: Fragmento de La cultura sin cultura de César Antonio Molina. "... Las obras de arte acaban en las subastas, en el mercado más escandaloso, vulgar. Todo es ya espectáculo. Los museos-espectáculo, elevados al rango de objeto turístico de masas, semejan tan solo hipermercados apenas más refinados. Los museos, antes lugares de recogimiento, son hoy espacios para el bullicio y el aturdido turista cultural. Las obras de los museos no se contemplan, se consumen. Hay un dato interesante aportado en la cultura-mundo: según una encuesta, un visitante medio pasa entre 15 y 40 segundo mirando El rapto de las sabinas de David; entre cinco y nueve segundos, La gran odalisca de Ingres. ¿Cuántos ante Las Meninas o El Guernica? Y ante esa visión relámpago ¿qué conocimientos obtendrán?
Segunda: Reflexión del Dr. Maderuelo en el ensayo sobre la obra de Pablo Palazuelo"... Hasta la belleza se ha convertido en algo trivial. Millones de personas desfilan todos los días ante las joyas más exquisitas de la cultura, que se encuentran ubicadas en los más importantes museos de todo el mundo. De todas esas masas de ciudadanos que deambulan por los salones museísticos, son escasos los que dedican más de diez segundos a contemplar un cuadro que, cargado de alegorías y sutiles detalles, cuenta una historia compleja y lo hace con sabia composición y minuciosa precisión en la descripción de sus figuras".
Que esta aportación sirva para orientar el sentido de nuestra próximo y apasionante viaje.

Luís Soler

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Importante comentario que nos lleva la reflexión.

Muchas gracias, Luis Soler.

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