El Hilo Rojo Invisible

on lunes, diciembre 28, 2009

UNA LEYENDA CHINA DE AMOR: EL HILO ROJO INVISIBLE

En la contraportada de El País del 24 de diciembre, la sección “Comida con…” empezaba diciendo que una leyenda china habla de la existencia de un hilo rojo invisible que une el corazón de las personas destinadas a quererse eternamente. A partir de esa idea la protagonista invitada, Ana Folgueira, que había adoptado dos niñas chinas que le cambiaron la vida, creó un cuento infantil, como punto de partida para crear un proyecto solidario: recaudar fondos para operar a los niños chinos que permanecen arrinconados en los orfanatos, por tener algún problema médico y ser considerados por el gobierno chino no adoptables. El cuento de Ana Folgueira trata de unos pájaros que vuelan por el mundo buscando unos padres para cada niño chino huérfano y, cuando lo encuentran, los unen con el hilo rojo. (El cuento está, por cierto, en la editorial Syllabus)

Aunque no conozco la leyenda original, me parece que lo que ocurre es que esos hilos rojos ya existen prendidos en el deseo de cada pareja que quiere ser padre y madre y en todos los niños del mundo que desean ser adoptados (queridos). Los pájaros solo contribuyen a la toma de conciencia que lleva a hacer concreto y real el encuentro amoroso de unos padres con sus hijos adoptados.

Esta bella metáfora, tiene que ver con otra más extensiva, en la que, en realidad, todos los seres humanos, llevamos prendidos en nuestro corazón infinitos hilos rojos invisibles que se dirigen en diez mil direcciones y nos unen con cada ser vivo que habita en el planeta, con toda la vida y con nuestros antepasados y las generaciones venideras. Estos hilos rojos van haciéndose presentes en cada persona que amamos y en cada acto de amor y permanecen a la espera de que cada uno vaya activándolos y tomando conciencia de que vivimos envueltos por una inmensa red de hilos rojos de amor que quieren ser eternos.

Este es el tiempo del amor verdadero, que quiere verse libre de mentiras y trabas, desbordar los límites de lo privado en que se encuentra encerrado y extenderse en todas direcciones, a la especie, a todos los seres, al mundo. En el silencio y en los estados de paz y armonía, en la interiorización, en la reflexividad, en la toma de conciencia ética, en el compromiso y la solidaridad, en el desarrollo espiritual…los hilos rojos se activan y el amor eterno adquiere presencia (en una tierra y una humanidad con tantas heridas y necesidades).

Paco Buigues

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