El Caballero del Cisne

on sábado, febrero 28, 2015

Situar en el tiempo un escrito es un acto casi automático para aquellos que valoramos el orden y el arte. La existencia individual podría representarse mediante un punto que discurre sobre una pantalla electrónica. En todo momento un breve destello da cuenta de su posición. Datar un texto coincide con ese brillo del presente, que permite ver el pasado e intuir el futuro.

Con natural curiosidad, al visitar este espacio de encuentro, miro de reojo qué lugar ocupa, entre los más visitados, el documento “De Leda atómica...” y al comprobar que un buen número de visitantes se han molestado en leerlo, un cierto regocijo me llena de satisfacción y me anima a continuar un poco más. Si entonces me detenía en la influencia que el cisne ejerció en Leonardo y Dalí hoy lo haré, en el impacto la leyenda del Caballero del Cisne tiene en la literatura y la música. Veamos.

Al morir el príncipe de Brabante dejó dos hijos, Elsa y Godofredo, bajo la tutela del conde Federico. Elsa soñaba con el día en que conocería el amor y lo imaginaba como un rubio caballero armado de brillantes armas y avanzando por el mar en una barca tirada por un cisne.

Tras la desaparición de Godofredo, Elsa fue acusada por el rey, de la muerte de su hermano. Federico ofrece su espada para, en un juicio de dios, mantener su palabra, frente a quien defienda el honor y la vida de la joven princesa. Suenan los clarines por tercera y última vez, pero nadie responde al llamamiento. Mientras los hombres bajan los ojos avergonzados y un mortal silencio preside el momento ocurre lo siguiente:

“De pronto, bajando por el río, reluciente al sol, aparece un misterioso caballero en pie sobre una barca tirada por un cisne. De plata es su armadura y su casco alado de largas crines. Trae una bocina de oro colgada al cinto y una capa blanca con una paloma bordada en el pecho; de oro son también las bridas del blanco cisne.

El caballero llega a la orilla, salta sobre el césped y acaricia el cuello del cisne, que, arrastrando la barca vuelve río arriba.

Después avanza lentamente, saluda al rey y al pueblo y exclama: He aquí al paladín que llega de lejos a defender la inocencia. Elsa de Brabante, heme aquí dispuesto a defender con las armas tu virtud. ¿Tienes fe en mi valor? Si alcanzo la victoria, júrame que nunca intentarás averiguar cual es mi nombre, ni mi patria, ni mi raza. Júrame Elsa, delante de todos, que nunca intentarás penetrar el misterio de mi vida. Que nunca intentarás saber quien soy ni de dónde vengo.”

En negrita resalto las palabras clave para acceder al mensaje oculto en esta antigua leyenda, universalmente conocida. Confío en la sensible inteligencia de nuestro editor para enlazar este humilde escrito con algún fragmento de Lohengrin la hermosa ópera de Wagner.

Mis respetos y reconocimiento a la obra Flor de Leyendas de Alejandro Casona.

Luis Soler

A petición de Luis y desechando la maravillosa Obertura, selecciono una parte del primer acto de la III parte, os sonará. Parte en la que la curiosidad de Elsa le hizo romper su juramento, intentando conocer su misterio, por lo que Lohengrin tuvo que regresar. 
https://www.youtube.com/watch?v=aZJo1Ildc4E
Es difícil comprender que en muchas ocasiones de la impenetrabilidad de las cosas depende su existencia. Cuantas cosas pierden su encanto cuando se otea mas allá del horizonte.
El editor   

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